Es lo primero que leo de D. H. Lawrence, la historia me engancho desde el
inicio y no pude dejar de leer hasta darle fin, la leí en tan sólo 3 días, el libro consta de 463 paginas. La novela estuvo prohibida durante más de
treinta años, porque los tribunales la consideraron pornográfica.
La historia trata de Constance,
una dama de la alta sociedad casada con el aristócrata Clifford Chatterley,
quien ha quedado paralítico después de acudir a la Primera Guerra Mundial,
encuentra el gozo sexual en brazos de Mellors, un guardabosque que trabaja para
su marido. La novela tiene aportes filosóficos, sociológicos y nos
transporta de lleno en esta sociedad marcada por los tabúes y la moral,
donde el que dirán¨ era tremendamente importante. Los escenarios
naturales donde se desarrolla la historia me hizo sentir en medio del bosque
escuchando los pájaros y el aroma de las no me olvides y otras tantas flores
que se describen en el libro.
“Ahora sólo vivo para que tú y yo podamos vivir
juntos. En realidad, tengo miedo. Tengo la impresión de que el Diablo
ronda… Y si no se trata del diablo, se tratará de Mommon, que, a mi parecer, no
es más que la voluntad de la masa que desea dinero y odia la vida. De todas
maneras, a pesar de que siento miedo, tengo fe de vivir contigo. El hombre
tiene que luchar para conseguir lo mejor y confiar en algo superior a él…. Creo
en un alto misterio que no permite que nuestro fuego se apague. Jodiendo, hemos
dado nacimiento a una llama. Incluso las flores han nacido a consecuencia del
Joder del Sol con la Tierra. Pero la llama es delicada y necesita paciencia y
mucho cuidado… En consecuencia, ahora me gusta la Castidad, debido a que es la
Paz resultante de Joder. Ahora me gusta ser casto; me gusta igual que a
esas flores, llamadas campanillas blancas , les gusta la nieve. Y cuando
llegue la verdadera primavera, cuando llegue el momento de juntarnos, entonces
podremos Joder haciendo que la llama sea amarilla, brillante”… (Carta de
Mellors a Constance).
“Es el hombre quien
envenena el Universo. Ensucia su propio nido… Sólo los seres humanos profanan…
¿Y no será que en la atmósfera concurren ciertas circunstancias que reducen la
vitalidad de la gente?… Los vapores del aburrimiento, del descontento y de la
ira de la gente matan la vitalidad del aire…
¡Amor, sexo y todo lo demás, eran como
un helado! Se lamía y se olvidaba.
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